Creo que todos pasamos por esos momentos donde los problemas nos
agobian de tal forma que no podemos hacer otra que pensar en ellos. Es como si estuviéramos
atrapados sin salida, sin soluciones. Estar en esta situación puede llevar a
que nos amarguemos, e incluso llevarnos a la depresión. O más aun puede llegar
a hacer que nos replanteemos si es conveniente seguir viviendo así.
1 Reyes 19:3-14 (NVI)
“3 Elías se asustó y huyó para ponerse a salvo. Cuando llegó a Berseba
de Judá, dejó allí a su criado 4 y caminó todo un día por el desierto. Llegó
adonde había un arbusto, y se sentó a su sombra con ganas de morirse. « ¡Estoy
harto, Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis
antepasados.» 5 Luego se acostó debajo del arbusto y se quedó dormido. De
repente, un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate y come.» 6 Elías miró a su
alrededor, y vio a su cabecera un panecillo cocido sobre carbones calientes, y
un jarro de agua. Comió y bebió, y volvió a acostarse. 7 El ángel del Señor
regresó y, tocándolo, le dijo: «Levántate y come, porque te espera un largo
viaje.» 8 Elías se levantó, y comió y bebió. Una vez fortalecido por aquella
comida, viajó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a Horeb, el monte
de Dios. 9 Allí pasó la noche en una cueva.
Más tarde, la palabra del Señor vino a él. — ¿Qué haces aquí, Elías?
—le preguntó.
10 —Me consume mi amor por ti, Señor Dios Todopoderoso —respondió él—.
Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares, y a tus
profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con
vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!
11 El Señor le ordenó: —Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque
estoy a punto de pasar por allí. Como heraldo del Señor vino un viento recio,
tan violento que partió las montañas e hizo añicos las rocas; pero el Señor no
estaba en el viento. Al viento lo siguió un terremoto, pero el Señor tampoco
estaba en el terremoto. 12 Tras el terremoto vino un fuego, pero el Señor
tampoco estaba en el fuego. Y después del fuego vino un suave murmullo. 13
Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto y, saliendo, se puso a la
entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que le dijo: — ¿Qué haces aquí,
Elías?
14 Él respondió: —Me consume mi amor por ti, Señor, Dios Todopoderoso.
Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares, y a tus
profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con
vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!”
Me sorprendió mucho estar leyendo mi biblia y encontrar a un personaje
muy importante con intensiones de quitarse la vida. Es decir...este hombre,
llamado Elias, era un gran profeta de Dios. Su dialogo con él era fluido, y
pudo experimentar asombrosos acontecimientos. Pero, parece que a pesar de ser
un gran hombre, también tuvo problemas, y también pensó en quitarse la vida.
En una parte, Elías no solo lo piensa, sino que además, le pide a Dios
que lo mate y lo
libere de su sufrimiento. Para mi sorpresa, Dios no lo consoló, ni le
dio palabras de aliento. Simplemente luego de que Elías haya descansado, lo
mando a comer y lo mando a una cueva. Allí, Dios le hizo una simple pregunta: ¿Qué
haces aquí?
¿Qué es lo que hacemos aquí? ¿Por qué estamos acá? ¿Qué es lo que nos
retiene en este lugar? Si todavía estas acá, son porque consciente o inconscientemente
algo te retiene acá. Elías, a pesar de estar pasando por uno de los momentos más
difíciles de su vida, le respondió: ME CONSUME MI AMOR POR TI SEÑOR DIOS
TODOPODEROSO.
Dios se lo volvió a preguntar, y este profeta le volvió a dar la misma
respuesta, con total convicción: ME CONSUME MI AMOR POR TI SEÑOR DIOS
TODOPODEROSO. La historia sigue, pero quiero detenerme en esta parte. Elías tenía
plena seguridad en por qué estaba ahí, y eso le daba un motivo para seguir
viviendo.
Tal vez, te sientas como Elías, harto de todo, sin ganas de salir
adelante. Pero yo, te pido que pienses en ¿Qué haces acá? ¿No será que en lo más
profundo de tu corazón te estás consumiendo de amor por el Señor Dios
Todopoderoso del cual hablaba Elías?
Si tu respuesta es que NO, te animo a que busques consumirte de amor
por El. Eso definitivamente te dará un motivo para seguir adelante.
Si tu respuesta es que SI, quedate tranquilo, tu amor por ese Dios que
además es Todopoderoso, esta con vos pase lo que pase. Tal vez no visiblemente
con el viento, el terremoto o el fuego, sino más bien como un suave murmullo
diciendo: Tu Señor Dios Todopoderoso esta con vos…
Por Evelyn Delmastro
