Muchas veces cuando Dios nos manda a
hacer algo, nos encontramos con obstáculos en el camino. Esos obstáculos pueden
bien ser personas que se opongan a nuestros actos o simplemente condiciones que
dificultan el cumplimiento del mismo. Es ahí cuando nos preguntamos si
realmente estamos en el plan de Dios. Y si ese es el caso, nos preguntamos
porque Dios nos mete en algo tan complicado.
Leyendo Éxodo, llegue a la parte donde
Dios se le presenta a Moisés y le cuenta sus planes para él y su pueblo (el
cual en ese entonces era esclavo de Egipto). Le dice que va a ser su vocero
ante Israel y ante el faraón. También le dice que a través de el enviará
señales. Pero cuando llegué a la siguiente parte, algo me llamó la atención en Éxodo
4:21 donde Dios afirma que se encargara de endurecer el corazón de faraón
cuando Moisés valla a pedir por la liberación de su pueblo.
La verdad al principio no comprendí porque
Dios endurecería el corazón del faraón, ya que eso, en un principio, solo
obstaculizaría la liberación de Israel. A primera vista pareciera que Él solo
quisiera dificultar todo. Pero más adelante…todo comienza a tener sentido.
En el período en el que el corazón del
faraón se endureció, pasaron un par de cosas interesantes:
-Moisés aprendió a escuchar la voz de Dios.
Él le hablaba y le contaba sus planes. Hicieron pactos juntos y Dios le marcó
el camino a seguir. Este hombre tartamudo y un tanto desconfiado aprendió a
hablar lo que Dios le decía, confiando en que todo estaba controlado.
-Israel volvió a creer en la cantidad
de cosas maravillosas que su Dios podía hacer. Una llamita de esperanza se
encendió en medio de la oscuridad en la que vivían.
-El faraón vió la grandeza del Dios de
sus esclavos. Vió con sus propios ojos lo que Un padre podía hacer por sus hijos.
Todos aprendieron algo. Tal vez todo
hubiera sido más fácil si el faraón los liberaba en la primera oportunidad. Tal
vez todos hubieran sufrido menos. Pero nadie hubiera aprendido nada. Moisés no
estaría preparado para ser el gran líder que luego fue. El pueblo no habría
recordado el poder de quien los creo. El faraón no habría conocido al ser más
grande de todos.
En nuestra vida, muchas veces nos vamos
a encontrar con que dentro de los planes de Dios, las cosas no salen tal y como
esperamos. Muchas veces nos vamos a encontrar con que todo se complica más de
lo que nos imaginamos. Y muchas veces vamos a ver que eso era necesario. Porque
si bien el panorama puede ser desastroso, el plan es perfecto. Porque el
creador lo es.
Por Evelyn Delmastro
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