La
cama, pero NO el sueño.
La
comida, pero NO la digestión
El
libro, pero NO la inteligencia.
El
lujo, pero NO la belleza.
Una
casa, pero NO un hogar.
El
remedio, pero NO la salud.
La
convivencia, pero NO el amor.
La
diversión, pero NO la felicidad.
El
crucifijo, pero NO la fe.
Un
lugar en el cementerio, pero No el cielo
El ir
al Cielo, tiene un precio, solo que no sos vos el que lo puede pagar, porque Jesús ya lo pagó,
muchos años atrás, al ir a la cruz (Juan 3:16). Lo único que Él pide a cambio
es que le sigas, confiando y aprendiendo de él.
¿Estas
dispuesto a pagar ese precio?
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