Lo que vas a leer a continuación es solo para imperfectos…por lo
tanto si considerás que haces todo bien y no te equivocas nunca, esto no te va
a servir de nada. En cambio, si en algún momento de tu vida llegaste a pensar
que sos la peor persona del mundo, si en algún momento hasta tuviste vergüenza
de seguir pidiendo perdón por repetir una y otra vez lo mismo, si alguna vez te
paso esto, o algo parecido, esto que estas por leer puede llegar a ayudarte un
poco.
¿Cuántas veces nos pasó algo así? A mi, me pasó un cantidad
infinita de veces. Demasiadas veces. Pero creo que yo no debo ser la única. Al
principio, cuando pasaba por este tipo de situaciones, me ponía bastante mal,
pensaba que ya ni siquiera me daba la cara para pedir perdón. Hasta que un día
leí Romanos 5:20. Nunca lo había leído, pero apenas lo hice, algo dentro de mí
me hizo quedar reflexionando sobre el verdadero motivo por el cual Jesús vino
al mundo. El no vino para hacer milagros, ni tampoco vino para pasear un rato,
ni para quedarse tomando mates con amigos. El vino simplemente para que cuando
estuviéramos haciendo las cosas mal, tengamos la oportunidad de pedirle perdón,
y que Él con su gracia (Gracia=regalo inmerecido) nos perdone, y podamos salir
adelante. Digamos que eso me hizo sentir mejor, sacándome la culpa que tenía.
Pero luego, una noche, en mi mente apareció una gran duda:
¿Realmente es suficiente con la gracia? Es decir, había llegado al momento de
no entender por que, si yo quería dejar de cometer ciertos errores, y le pedía
a Dios que me perdone, lo seguía haciendo, dejando un mal ejemplo. A ver si me
explico mejor: Muchas veces nos dicen que cuando hacemos algo mal, debemos
pedir perdón y cambiarlo, porque si no, somos malas personas ¿Pero qué hacemos
si no lo podemos cambiar? No es que no queramos, simplemente que no nos sale, y
llega un punto donde uno ya se quiere rendir, porque se cansa de intentar ¿Uno
es mala persona entonces?
Fue entonces esa noche, que abrí mi biblia en 1º de Corintios
12:1-9, y me concentré en el versículo 9. Allí dice que con su gracia, ya era
suficiente para mi, porque en la debilidad, cualquiera que sea, se iba a ver
reflejado que estaba el. Con esto quiero decir que por mas de que estemos
haciendo algo mal, Dios con su gracia y poder iba a manifestarse/reflejarse obrando
en el pecado, de forma que se vea que fue El. Porque cuando peor estemos, es
ahí cuando mas lo podremos ver. Y eso no es todo…como para terminar de darme
ánimo, en el versículo 10 Pablo dice que mientras más débil era, mas fuerte es.
A partir de ese momento, mi visión acerca de mis debilidades cambió. Ya no me
pongo tan mal cuando me equivoco, si no que las veo como un desafío para ver el
poder de Dios ¿Y adivinen qué? Las cosas que más me costaban cambiar, de a
poco, Dios las va cambiando por mí, con su poder y su gracia.
Esto es algo que se puede aplicar también a los problemas…cuando
sientas que ya no podés mas, es ahí cuando Dios con su poder se va a
manifestar, y lo vas a poder ver actuar. Lo digo por experiencia propia…
Por Evelyn Delmastro
No hay comentarios.:
Publicar un comentario