7 sept 2012

Cenicienta y Yo



De chiquita me encantaban las historias de princesas, siempre jugaba a ser una de ellas. Entre las que mas me gustaban estaba la Cenicienta. Me acuerdo que tenia un librito donde contaba su historia, una joven muy maltratada por sus hermanastras y su madrastra, un día tiene la oportunidad de ir a un baile, un hada madrina convierte una calabaza en un carruaje y le da un vestido muy lindo. Así es que ella puede ir al baile y bailar con su príncipe, pero solo lo puede hacer hasta las 12, porque el hechizo desaparecerá, junto con su carruaje y su vestido. Cuando suena el reloj ella se va corriendo, pero se le  sale su zapato.

Es cuando llego a esa parte de la historia, y me pongo a pensar…por que motivo ella no recogió el zapato. A quien se le ocurriría irse corriendo, si sabe que olvido su zapato. Es esa una de esas dudas que me ha quedado de mi infancia. Muchos me pueden decir que no tenía suficiente tiempo para regresar a buscar el zapato, otros pueden decir que no se dio cuenta de que se le salió. Ahora que soy más grande, puedo pensar que si ella regresaba por su zapato, el príncipe nunca la buscaría y por lo tanto, nunca serian felices por siempre.
Ahí es donde yo lo puedo relacionar con mi vida, y seguramente ustedes pueden relacionarla con la de ustedes o alguien que conozcas.
Hagamos de cuenta por un rato que somos cenicienta, estamos en un momento de nuestra vida hermoso, algo muy lindo que nunca vivimos; cuando de repente pasa algo que no esperábamos…suena el reloj de las doce, y sabemos que todo lo que estamos viviendo va a desaparecer…entonces empezamos a correr, pero todo se pone peor cuando perdemos nuestro  hermoso zapato, y ahí por un segundo, nos enfrentamos a un gran dilema ¿recogemos o no el zapato?
Algunos vuelven y lo recogen sin pensarlo. Otros buscan consejos. Yo decidí buscar la opinión de Dios ¿Qué quiere él que haga? Fue entonces, que estaba pasando por una situación parecida, y leí en la biblia lo que dice Pablo en Filipenses 3:13 “…olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante”
Muchas veces vamos por la vida, viviendo felices, o algunos no tanto, y de repente perdemos nuestro zapato (hiciste algo muy malo, una persona que querías mucho se fue, un momento que vivías pasó, algo que sentías terminó, etc.)  y es ahí donde tenemos que elegir entre dos opciones…regresar y quedarnos con eso, o seguir adelante. Si nos quedáramos con eso, nos estaríamos quedando en el pasado, probablemente eso nos impediría continuar. ¿Cuántas veces pasamos por eso? A veces, ni siquiera nos damos cuenta que nos pasa, es como si nunca termináramos de cerrar una herida, conciente o inconscientemente no nos despegamos de algo del pasado por varios motivos, sea miedo, recuerdos, etc.
Pero el problema está en que si no nos soltamos, si nos quedamos con eso que paso, nunca vamos a continuar, y nunca vamos a  poder vivir cosas nuevas.
Es entonces donde decimos bueno, sigamos adelante como si nada hubiera pasado. Pero no es muy fácil..Mejor dicho, no es NADA fácil. Desprendernos de algo y seguir duele, produce mucha tristeza, es así, es algo por lo que todos pasamos, no es nada fácil seguir, y muchas veces nos es casi imposible. Ahí, cuando siento que no puedo seguir adelante, donde no tengo las fuerzas, cuando me doy cuenta que sola no puedo, es ahí, donde Dios dice en la Biblia en 2º de Corintios 5:17 : Las cosas viejas pasaron, he aquí, TODAS son hechas nuevas. Acá Dios te dice que dejes de preocuparte por eso que pasó, porque el es capaz de hacerlas nuevas. Es un hecho….si regresaos o nos quedamos en un lugar, no podes avanzar. Y en esos momentos, es donde uno necesita alguien que le de esa paz, ese amor que uno necesita sentir, y Dios es el único capaz de hacer eso, solo tenés que entregarle todo lo que tenés, y vas a ver, que el va a hacer cosas nuevas con eso.
Entonces ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a regresar por el zapato? ¿O si mejor le entregas todo a Dios y seguís adelante? Cenicienta no regresó por el zapato, ella siguió adelante, y es así como pudo ser feliz para siempre. Pensalo…no vaya a ser que por ir a buscar tu zapato y quedarte en el pasado, desaproveches tu futuro, y te pierdas tu “Felices por siempre”

Por Evelyn Delmastro

No hay comentarios.:

Publicar un comentario