-Agenda tiempo a solas con Dios. Pon un tiempo donde solo
disfrutes estar en sintonía con él. Podemos orar y leer la Biblia en cualquier lugar,
pero el cerrar la puerta de tu habitación y estar a solas con tu Rey y amigo
puede cambiar toda la perspectiva de tu día.
-Ora la palabra. Podes hacerlo de rodillas, caminando o sentado.
A la vez que ores pide a Dios que te enseñe, reprenda, corrija e instruya.
-Ten una hoja o cuaderno en blanco para escribir lo que Dios te
hable. Dios nos habla todos los días, el problema es que no les prestamos
atención. Y aún al escucharlo, puedes olvidar lo que él te hable si no lo
escribes.
-Interpreta y aplica lo que Dios te hable. Un discípulo de Dios
no solo guarda conocimiento sino que acciona en ese conocimiento por amor a
Dios.
-Comparte tu viaje con amigos cercanos Al hacerlo podrás ser
inspirado e inspirar a otros respecto a lo que Dios les está hablando y cómo.
-Enamórate de Jesús. No te enamores del estudio de la Biblia , enamórate del que
vino a dar su vida por nosotros por amor y para darnos vida eterna.
Por Emmanuel Espinosa
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