“Porque el SEÑOR es tu seguridad. Él cuidará que tu pie no caiga
en una trampa” Proverbios 3:26
Incertidumbre, malas noticias, desesperación y muchas lágrimas
ha sido la constante los últimos días. Pareciera que aquella persona con una
linda sonrisa y una fe inquebrantable desapareció, todo está en contra. Y es
que a veces pareciera como que Dios guarda silencio a propósito, y lo hace casi
siempre que necesitamos escucharlo, cuando necesitamos una Palabra suya para
nuestra vida. Pero siendo sinceros, no
es que Dios guarde silencio, sino que todas las circunstancias que nos rodean,
nos confunden, cierran nuestros oídos, como que taparan nuestros ojos de fe y
como que nuestra atención es desviada a lo difícil que estamos viviendo en
lugar de ponerla en el único que puede ayudarnos en esos momentos. A veces
llegan tiempos a nuestra vida en donde se nos hace difícil sentir a Dios de
nuestro lado, en donde por más fe que tengamos vacilamos, y en donde
necesitamos señales visibles y no solo aumentar nuestra fe frente a la nada.
Yo he estado muchas veces en esas etapas de silencio, en esos
periodos de “olvido”, en donde quisiéramos que un milagro ocurriera, en ese
desierto en donde tenemos una enorme sed de una sola Palabra y en donde
pareciera que nada ocurrirá. Sin embargo sigo vivo y con más fe de la de antes,
con muchas marcas de desiertos, de silencios, de tormentas y luchas, pero con
un amor mayor hacia Dios y con una fe que no es negociable frente a nada.
Y es que veamos lo bueno en medio de todo, cada marca, cada
rasguño, cada herida que hemos sufrido en los momentos más difíciles de nuestra
vida, no han sido en vano, ellas nos recuerdan lo valientes que hemos sido
frente a las circunstancias que se nos han presentado y lo FIEL que Dios ha
sido para no dejarnos morir en medio de las batallas de la vida. Cuando un
guerrero regresa de la guerra y mira sus marcas y heridas, recuerda lo duro que
fue la batalla, pero también lo valiente que fue para salir con vida y poder
contar cada hazaña realizada con el mayor entusiasmo por haber sido
protagonista de esas historias que todos queremos contar.
A lo mejor estas en medio de una de las más fuertes batallas que
te ha tocado luchas, pueda que te encuentres herido y sin fuerzas, pero en
medio de todo tienes que tener la seguridad y la certeza de que Dios no te ha
dejado solo ni un instante.
Si este día puedes leer esto es porque Dios te ha dado la vida y
la fuerza necesaria para hacerlo, eso te hace un valiente guerrero, eso te hace
un hombre o una mujer fuerte, no por lo que puedas hacer solo, sino por lo que
Dios hace en ti.
Hoy quiero animarte a seguir luchando, a no darte por vencido
por nada, recuerda que tú fe no es negociable, tú fe no depende de tus
emociones, tú fe no depende de las circunstancias que te rodean, tú fe depende
del único que ha sido capaz de cambiar tu vida, del único que ha sido capaz de
amarte con un amor eterno y quien estuvo dispuesto a sufrir cada herida, cada
marca, cada azote, solo para que hoy tú tengas un vida en abundancia.
Sus marcas y sus heridas nos recuerdan lo mucho que nos amó y lo
mucho que nos ama, así mismo nosotros debemos de amarlo a Él en medio de
cualquier situación que se nos presente, no debes de dejar de creer en Él aun
cuando nos sintamos en el peor desierto de nuestra vida, aun cuando estemos
enfrentando la tormenta más fuerte que jamás hayamos enfrentado, aun cuando
tengamos la sensación que Él se ha apartado de nosotros, aun en medio de
cualquier sentimiento o emoción SIGUE CREYENDO.
Al final de lo que estás viviendo quizá habrá marcas y heridas,
pero cada una de ellas serán un testimonio que contar, una historia que
enseñara, ayudara y fortalecerá la vida de otros que como tú pasaran por
situaciones iguales o similares. Sonríe a pesar de todo, muéstrale a Dios una
sonrisa de fe, una sonrisa que ejemplifica no lo que estás viviendo, sino lo confiado
que estas en lo que Él hará.
“El SEÑOR es bueno, un
refugio seguro cuando llegan dificultades. Él está cerca de los que confían en
él” Nahúm 1:7
Por Enrique Monterroza
No hay comentarios.:
Publicar un comentario