—Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—.
—Yo soy la
luz del mundo.
-Yo soy la puerta; el que entre por
esta puerta, que soy yo, será salvo. Se moverá con entera libertad, y hallará
pastos. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir;
-Yo soy el
buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. El asalariado no es el
pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se acerca,
abandona las ovejas y huye; entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa. Y
ese hombre huye porque, siendo asalariado, no le importan las ovejas. -Yo soy
el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí, así como el
Padre me<conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas.
-Yo soy la resurrección y la vida. El
que cree en mí vivirá, aunque muera;
-Yo soy la
vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Toda rama que en mí no da fruto, la
corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he comunicado.
Permaneced en mí, y yo permaneceré en vosotros. Así como ninguna rama puede dar
fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco
vosotros podéis dar fruto si no permanecéis en mí.
-Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—,
el que es y que era y que ha de venir,
-yo soy el
primero y el último. Soy el que vive; pues morí, pero ahora estoy
-Yo soy el que escudriña la mente y
el corazón; y a cada uno de vosotros os trataré de acuerdo con vuestras obras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario