1 Reyes 1:11-13
Entonces el Señor le dijo:
—Ve, y ponte de pie delante del monte ante el SEÑOR y yo pasaré
delante de ti. [a]
Entonces pasó el SEÑOR y sopló un viento tan fuerte que rompió
una parte del monte y desprendió grandes piedras delante del SEÑOR, pero el
SEÑOR no estaba en el viento. Después del viento, hubo un terremoto, pero el
SEÑOR tampoco estaba en el terremoto. 12Después del terremoto pasó un fuego
pero el SEÑOR tampoco estaba en el fuego. Después del fuego, se escuchó un
sonido muy suave. 13 Cuando Elías lo escuchó, se cubrió la cara con su manto.
Entonces fue y se paró en la entrada de la cueva y una voz le dijo:
—Elías, ¿por qué estás aquí?
Muchas veces buscamos a Dios en las cosas grandes, muchas veces
lo buscamos en grandes milagros, para demostrar que Dios es majestuoso. Esto es
lo que le había pasado a Elías. Él lo busco en las cosas grandes: fuego,
terremoto, viento; pero no se dio cuenta que Dios no siempre estaba en las
cosas grandes. Perdió la sensibilidad de saber donde realmente estaba Dios. Les
doy un ejemplo más cotidiano:
-Vamos a un concierto de un cantante cristiano, y ahí buscamos a
Dios en la música. Pero el domingo en la iglesia, cantamos las canciones así
nomas. Estamos pensando que Dios solo está en las cosas grandes (conciertos) y
no en las pequeñas (alabanza común).
-Vamos a un retiro o campamento, llevamos un anotador, la
biblia, etc. Prestamos mucha atención, y sentimos como Dios nos habla a través
de cualquier cosa que nos digan. Pero los devocionales comunes, los leemos como
si leyéramos el diario. Estamos pensando que Dios solo está en las cosas
grandes (retiros/campamentos) y no en las pequeñas (devocionales, etc.).
Estos solo son dos de los muchos ejemplos que hay. Muchas veces,
lo hacemos inconscientemente, porque nos enseñaron que Dios es un Dios grande
(de lo cual estoy muy segura que lo es), pero nos olvidamos que también está en
las cosas pequeñas. En varias ocasiones esperamos que el actúe de forma
majestuosa, pero a veces Dios tiene otra cosa planeada para nosotros. Lo que
hay que aprender, es a obtener esa sensibilidad de escuchar la voz de Dios, y
buscarlo ahí. ¿Cómo Él nos habla?
-A través de Predicadores, Pastores, Lideres, Familia e incluso
Amigos
-A través de la biblia
-Muchas veces, simplemente sentís al Espíritu Santo, hablándote
en tu interior, aunque no descarto, que te hable de forma grande y sobrenatural
Aprendamos a escuchar la voz de Dios, y buscarlo allí.
Por Evelyn Delmastro
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