Los jóvenes estamos expuestos a los ataques del enemigo, por
ello, es necesario proteger tres áreas de nuestra vida que estan muy propensas
a ser atacadas por las tentaciones. vPara ello, analizaremos Mateo 4:1-11 donde
se cuenta que antes de comenzar su ministerio Jesús fue llevando por el
Espíritu de Dios al desierto para ser tentado. Como jóvenes nos encontramos
dentro de ese desierto donde nuestras vidas son probadas y tentadas. Jesús nos
entiende claramente cuando pasamos una tentación, él saber lo que tenemos que
batallar.
Jóvenes, muchos de nosotros nos sentimos sin fuerzas dentro de
este desierto, pero Cristo es nuestra fortaleza y pronto auxilio. El diablo no
es tonto, y sabía exactamente por cuales aspectos podía atacar la naturaleza
humana de Jesús. Veamos cuales son:
[Físico] Jesús estaba hambriento y sediento, necesitaba
alimento. Entonces el diablo le ofrece que convierta la piedra en pan. Pero
Jesús responde contundentemente: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios (v.4)” ¿En qué aspecto físico te está
atacando Satanás?: sexo, vicios, malos hábitos alimenticios, homosexualidad,
rechazo a nuestro aspecto físico y muchos otros. Pon todas tus fuerzas y confía
en que Dios actuará en tu vida y sobre tu cuerpo. No dejes que tus decisiones
te lleven a perder tu pureza e integridad. Estamos expuestos a satisfacer
nuestros cuerpos, pero la
Biblia dice que nuestros cuerpos son templo de Dios, por ello
debemos cuidarlos. Las tentaciones físicas se nos presentan constantemente,
pero contamos con la promesa de que Jesús está siempre con nosotros. Mantén una
alimentación sana, aléjate de situaciones comprometedoras con el sexo opuesto,
trata de hacer ejercicio. Ya que estado bien físicamente, tu relación
espiritual con Dios también mejorará.
[Seguridad] En ocasiones nos sentimos inseguros, las situaciones
de la vida nos hacen dudar de la existencia de Dios. Los jóvenes actualmente
viven con cierta inseguridad sobre su futuro, amistades y economía. Sentimos
incertidumbre y dudas por las señales que nos llegan del exterior. Satanás sabe
que requieres de estabilidad y seguridad. Jesús fue llevado a un templo alto y
fue expuesto para tentar a Dios, pero Jesús sabía que su Padre cuidaba de él, y
reconocía que Dios no podía ser tentado. Dios conoce nuestra necesidad y cuando
dejamos de confiar en que Dios cumplirá sus promesas estamos cayendo en la
trampa del diablo. La depresión, la soledad, el miedo y la ansiedad porque
otras personas nos acepten, son algunos puntos por los cuales el diablo nos
debilita.
Joven, no dejes de depender en Dios en un momento difícil, o por
una situación insegura, por una circunstancia adversa. Jesús sabe qué nos hace
falta, pero también necesita conocer nuestra fidelidad. No te conformes con
migajas, Satanás puede ofrecer certidumbre instantánea, pero Dios te ofrece
seguridad eterna.
[Poder] La fama, el dinero, el reconocimiento, el poder, las
riquezas son tentaciones a las cuales atamos propensos a caer. El diablo le
ofreció a Jesús todos los reinos de este mundo y su gloria. ¿Qué te ha ofrecido
Satanás últimamente, dinero, elogios, poder? Jesús contestó: Al Señor tu Dios
adorarás y sólo al él servirás (v.9). Nuestro mundo nos ofrece muchas cosas,
pero nada es gratis. El pago te lo cobrará la vida. Joven, no desperdicies tu
vida en los deleites de este mundo, sino busca agradar a aquel que ha prometido
lo mejor para ti. Que no te ahoguen tus amistades ni la sociedad te presione
para tomar cierta decisión. Cuentas con la firmeza y el carácter para decir NO.
Puedes ganar todo en el mundo, pero puedes perder tu eternidad.
Jesús nos enseñó cómo hacer frente ante la tentación. Medita la Palabra de Dios y obedécela
de corazón. Escudriñar significa guárdala en su mente, memorícenla. Cuando
venga la tentación, no te dejes vencer. Tu conoces muy bien cuáles son las
trampas en las que es más fácil caer, trata de memorizar versículos que estén
acordes a la situación que enfrentas y puedas repetirlos cuando llegue la
tentación, y evita exponerte a situaciones que luego son difíciles de
controlar.
Así como Jesús fue llevado por el Espíritu Santo, nosotros
también somos llevados porque Dios quiere que mostremos fortaleza de carácter y
quiere probar nuestra obediencia a él. Por ello debemos estar preparados ya que
en todo momento Dios desea complacerse con nuestro estilo de vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario